Repensando la magia

Editorial publicada originalmente en la revista Mithos

Abordar temas vinculados a la mística o al esoterismo, sobre todo en los últimos tiempos, se ha tomado como una interesante manera de hacer dinero utilizando, en cierta manera, ese deseo que la gente tiene de conocer su propio futuro, o de resolver sus problemas, sean estos de las características que fuesen, de una manera mágica, lo que los científicos dan en llamar «pensamiento mágico».
El pensamiento mágico se interpreta, precisamente y definiéndolo un tanto burdamente, como una etapa del niño en la cual supone que sus deseos se transforman inmediatamente en hechos o que puede transformar, por medio de la imaginación un caballete de madera en una nave espacial último modelo.
Convenientemente para ciertos intereses, esta forma de interpretar al pensamiento mágico, o a la magia, se popularizó y se masificó, atribuyéndole hoy las mismas características a quien desea resolver sus problemas sin esfuerzo alguno. Sobre todo los económicos.

Quizás en la sociedad de hoy, quienes más utilizan este tipo de pensamiento mágico, sean nuestros gobernantes, que adquieren y embolsan enormes cantidades de dinero sin esfuerzo alguno, o mejor dicho, en base al esfuerzo ajeno. Pero este no es el tema que nos interesa.
Lo cierto es que esta concepción fácil de la magia , de lo místico, de lo esotérico, se ha popularizado, lo que no significa que sea precisamente así, o lo que es más, nada más alejado de la verdad.
No es que quienes hacemos Mithos creamos tener la verdad, pero si tenemos la mala costumbre de no tirar por la borda al conocimiento del hombre antiguo, o del hombre «primitivo», sino que creemos que los años que lleva de existencia esta bendita raza humana, no han sido desperdiciados en su totalidad.
Hay un conocimiento al que se le llama místico u oculto, que tiene que ver con el aspecto mas adulto del ser humano, y con un sector de la humanidad para la que lo espiritual puede tomarse en una forma adulta como forma de preservación de la raza humana. Es el sector de la humanidad que ve un viso de esperanza en los hombres del mañana y en la utilización acertada del conocimiento.
Hay otro sector, quizás mayoritario, para el que lo espiritual es simplemente una forma de conformismo y también una manera de retener las reacciones que provocarían los desfasajes que ellos mismos provocan. Estos son aquellos cuyo aspecto espiritual está todavía en un período de adolescencia, y son los que quizás vean el aspecto más apocalíptico y destructivo del hombre proyectado en el mañana. Son los amigos del sálvese quien pueda.
Si hiciésemos la alegoría de que la raza humana fuese un cuerpo, hablaríamos de células que se atacan a sí mismas provocando la enfermedad y destrucción de su propio continente.
Quienes hacemos Mithos también pensamos de otra manera con respecto a lo mágico. Creemos que existe el pensamiento mágico tal cual se interpreta actualmente, sin embargo, no confundimos a esto con la magia en sí misma.
Para los antiguos, la magia era el poder de una persona de dominar a la naturaleza, y de provocar cambios en la realidad, cambios realmente importantes transformando una cosa determinada en su opuesto. Un acto de magia podría ser entonces transformar a un desierto en un jardín florido, o transformar una naturaleza tiránica y egoísta, en un ser virtuoso. Era mago aquel que lograba vencer a través de las fuerzas del espíritu a sus propios monstruos internos, trasladándolo luego a la comunidad.
Una de los principales motivos por los cuales había pocos magos, y pocos sabios, era precisamente por el hecho de que alcanzar semejantes estratos de evolución requerían de un inmenso esfuerzo de voluntad, que podría abarcar la totalidad de una vida. por lo tanto, en aquellas épocas, pensamiento mágico o magia, eran sinónimos de privaciones y de esfuerzos sobrehumanos, porque los magos eran precisamente más que humanos.
Los alquimistas sabían perfectamente que el principal elemento para transformar el barro en oro, era un proceso interno que debía evolucionar junto con su conocimiento, porque alcanzado un nivel determinado de conocimiento, implicaba la comprensión de lo que este proceso podría provocar al ser aplicado. Obviamente, a medida que se avanzaba en la transformación de la materia, también, y previamente, se avanzaba en la comprensión de la naturaleza humana.
Mithos viene, precisamente, a mostrar esos aspectos de la mística, de la magia, de la filosofía; aspectos tan importantes en la vida del hombre, que de poder ser recuperados, nos ayudarían a tener una nueva visión de nuestra función en la existencia. La incursión del pensamiento místico en las distintas áreas del saber humano, su influencia, y su conocimiento, fueron aspectos tapados a los largo de la historia, por la sencilla creencia de que el avance científico nos iba a brindar grandes logros en poco tiempo. Y no se equivocaron, pudieron lograrlo, pero también trajeron con estos logros, elementos de destrucción masiva, intereses egoístas y el dominio de las fuerzas de la naturaleza en detrimento de un mejor estado de cosas. La naturaleza fue puesta al servicio de la destrucción de la misma naturaleza.
El avance científico logrado en los últimos sesenta años, es apabullante, pero la capacidad del hombre en su conjunto de comprender los peligros a los que nos somete el monstruo que han despertado es todavía nula. El desequilibrio entre las fuerzas constructivas y las destructivas, es directamente proporcional al desequilibrio que sufre el hombre en el conocimiento de su propia función en este mundo.
Este número de Mithos, que es el número 3, y por tanto el primer número (ver mithos Nº 2), viene a mostrar parte de ese conocimiento, no como verdad develada ni como bálsamo sanador, pero sí como nuevos/viejos elementos a tener en cuenta y a profundizar dentro de cada uno. Un repensar el origen no desde la identidad individual, sino desde la identidad colectiva, buscando ese espacio sagrado que en algún lugar de nuestra existencia todavía tiene el registro de nuestro propio origen.
Hugo Basile
Director Editorial

2 comentarios el “Repensando la magia

  1. a mi me parese k este es un articulo profecional pero en parte deben de respetar las creencias de las personas, es mas no comparar la magia con politica.
    puede k como hay personas, «brujos, medium`s, etc» k lo hacen para robar a las personas k creen en esto, tambien hay personas k lo hacen de verdad y no solo predicen el futuro sino tambien se conectan con espiritus.
    en conclucion les kiero pedir el favor de k respeten creencias y/o cultos.

  2. Hola Sara:
    Teniendo en cuenta frases como esta «Mithos viene, precisamente, a mostrar esos aspectos de la mística, de la magia, de la filosofía; aspectos tan importantes en la vida del hombre, que de poder ser recuperados, nos ayudarían a tener una nueva visión de nuestra función en la existencia.», no creo que se desprenda del artículo una falta de respeto a la magia. Fijate que se distingue el pensamiento mágico de la magia, que son dos cosas diferentes, y se compara lo político precisamente con el pensamiento mágico y no con la magia.
    Volvé a leer el artículo con mas detenimiento.
    Gracias por tu comentario

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